Digno de Expediente X. Raro es el día en que no mire el reloj a las 18:08 exactamente. Llevo así un par de años y aunque los primeros días era preocupante, ahora me he familiarizado con esta situación, dejándolo ya en mera anécdota. Las 18:08. La hora de tomarse el café, de merendar, de largarme a la calle para hacer cosas provechosas... o no. Pero pasan los días y sigo mirando el reloj a esa hora exacta. Puede que sea una referencia a 1808, año de invasión para España; puede que se trate de un código cifrado que a modo Lost tenga que desentrañarlo, o simplemente sea una casualidad...
O quizás sea la hora a la que me toque morir...
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