Anoche hablando con mi madre, le comenté que las figuras de los ángeles estaban llenas de polvo, hacía tiempo que no las limpiaba. Ella dijo que tenía pensado quitarlas de su habitación, por lo que le pregunté por la razón. Declaró que había perdido prácticamente la fe, la fe cristiana, en Dios, en aquella virgen que aparentemente la protegía y todo lo relacionado con ello.
Tuve interés en saber a qué se debía, y no tuvo más que decir en similares palabras: "Toda la ayuda que tengo, la tengo aquí, si quiero o necesito algo, lo consigo por mis propias manos, errores y aciertos, todos los años que he estado rezando y pidiendo, no que las cosas mejoren, sino que sigan igual de bien, todo mi alrededor ha ido empeorando, ocurriendo cosas que ni yo ni mi alrededor merecemos, y no culpo a nada divino por no haberme ayudado, ya que eso está todo en tu cabeza, me culpo a mí misma por no haber tomado la alternativa de levantarme y actuar en vez de arrodillarme como una cobarde y rezar, si Dios existe está en nuestra cabeza, y no debe ser una excusa para contaminar a nuestro alrededor, los que más nos quieren, ya que el corazón, va siempre antes que la cabeza".
Acto seguido me dio un abrazo, me dijo que la dejara dormir, me dio las buenas noches y me quedé toda la noche pensando en ello.