Violeta parece ser su color preferido, el más liberal y explícito. Es el color de Abrakadabra y las brujas, de los magos, dragones y las pociones, de los chicles y los mejunjes. Es el color de las mariposas y el aleteo, del cielo en los videojuegos, de lo ochentero y del cabaret dislocado. Es un color templado, pero que arde y congela, es el color de los labios hipotérmicos. Es un color exuberante y extravagante. Es el color del veneno y de las bolsas de basura, de los insecticidas y de los zapatos de mi hermana.
Y para abrir el apetito, violeta es el color de Milka.
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