Las
distancias tiranas, nos separan,
un
charco de lágrimas gigante, tan salado como el océano mismo, nos
distancian,
el
viento desde el norte me trae tu olor, mis deseos crecen más y más,
la
suavidad del amanecer me acaricia suave, muy suave como tus besos,
que
aunque los desconozca, me envuelven una y otra vez en mi cama,
que
solitaria y fría espera tu calor, espera expectante tus latidos,
tu
fuerza palpitante de sed, te siento dentro mío, y gozo, no paro de
gozar,
de
disfrutar y de pedirte más y más, mis oídos apelan a tu jadeo,
mi
nariz te siente cerca, y desea ser envuelta en tu olor,
tus
hormonas me sacuden, me llenan de sed y hambre de vos,
y
al fin te tengo conmigo, a la distancia, pero te tengo,
tu
imagen me envuelve de tal manera que soy sólo y exclusivamente tuyo,
y
ya nada importa, sólo tú y yo, juntos, siempre.
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