Necesito una noche bajo el dulce aroma a té y a poleo, entre María y mate, para que los ojos verdes desaparezcan entre el humo y la carta más alta quede reducida a cenizas. Y tú, que eres un perdedor nato, apuestas por un simple comodín, "seré suyo". Miradas vacías, un juego en el que se ensuciarán, un camino en busca de un polvo, o quizá dos. Dos personas con un sólo horrendo olor a alcohol y el más impuro de los pecados.
Dedicado a Mela, te quiero chica Fénix.
Muy bonita la forma de transformar mi escrito. Aunque triste..
ResponderEliminarTe quiero caracol.