No hay mejor comparación, conocer a una persona nueva es una montaña rusa, y como en toda atracción, hay subidas, bajadas y momentos de relax en línea recta:
- Conocer a una persona hacia abajo: Suele ser una persona extrovertida, demasiado alegre, intenta ser simpática y graciosa para dar una buena sensación a primera vista y caer bien. Es una persona maravillosa cuando la conoces, pero... ahí está el fallo, no la conoces. Normalmente, estas personas no suelen reflejar su estado anímico actual y pretenden iluminar a todos con su sonrisa, suelen dar una imagen tan buena de sí misma que en el momento que la conoces todo cae en picado, el interés de esa persona hacia ti ha cesado, ya que no eres alguien nuevo en su vida ya. Son personas, las cuales, tienen muchos conocidos con la etiqueta de amigos, ya que sus verdaderos y viejos amigos jamás los cuidará y serán suplantados por "me gusta conocer gente nueva".
- Conocer a una persona hacia arriba: Suele ser una persona la cual no te llama la atención, la ves poco agradable, poco habladora, la ves demasiado reservada y crees que no te aportará apenas nada en tu vida. Bienaventurados y atrevidos los que deciden ignorar la apariencia a primera vista de esta persona y deciden hablarle, deciden hablarle y seguir hablando, día tras día, dándote cuenta de que la persona se muestra tal y como es en pequeñas y justas porciones, vas conociendo una persona mucho más completa y grande que la que conociste al principio. Suele cuidar a sus amigos ya que probablemente tenga a los únicos que dieron el paso de conocer sus defectos y virtudes y quedarse ahí.
- Conocer a una persona en línea recta: Si mezclamos lo bueno de cada apartado mencionado arriba, nos quedamos con una persona la cual da una ligera buena impresión intencionada al principio pero jamás decepciona, es una persona que se mantiene llana y sólo sube una pizca a medida que la conoces, por lo que requiere mucho más tiempo ganar su amistad.