A las 23:59, para que crea que se me ha olvidado. Yo siempre sorprendo cuando prometo sorprender, aunque conociéndola bien, la muy floja o estará durmiendo ya o tendrá el móvil no disponible, por lo que lo verá mañana y me chafará el detalle de la hora. ¿Pero sabéis lo mejor? Que nos da igual, que somos así y que no nos hace falta cambiar porque nos queremos tal y como somos; unos cafres, vagos, pirados, escandalosos, gordos, pesados, entrometidos y viajeros de piña colada.
En realidad no os tengo que decir nada más, mi esposa Bárbara Guerrero González, la Churruca, cumple años y ya está tan sólo a uno de alcanzar la mayoría de edad y podernos pirar en avión a explorar el mundo cargados de comida y más comida. Y digo mi esposa porque hace unos días decidí que era la persona idónea para compartir mi vida y seguro la única que no me traiciona.
La conocí el mismo día que se me cerraba una puerta gigante en mi vida, es decir, ella fue la principal y más resistente herramienta para la nueva puerta y camino que se me abría en la vida; la noche de Halloween de 2011. Desde entonces, de manera gradual, poquito a poquito, nos hemos ido juntando.
Para finalizar, os dejo en el aire una pregunta muy importante; ¿Y si llueve? Reflexionad sobre ella. Y a la pelirroja (en realidad es más castaño caoba que otra cosa), que la quiero con toda mi alma.
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