Refrescante, lúcido, sorprendente, apañado, caracolizante, reflexivo, apasionado, contemplativo, pausado, frenético, colifloresco... mi mundo y yo.

Zúhmántico: Se dice de aquella persona, ser o cosa enamorada de la vida, capaz de transformar momentos y situaciones vividas en simples y exiguas palabras y con la habilidad de ver el doble sentido de toda frase, comúnmente conocidos como romanticones.

Actualmente trabajando en esto: Zúh Malheur Bonheur.

Un ser bípedo, gracioso, crítico, osado, amoroso cuando se deja, con un montón de cosas por decir y con un contenido sentido de la austeridad verbal.


27 feb 2019

If I could start again a million miles away

20 de Enero de 2015, 6:40

Hoy es mi 17 cumpleaños. Nada fuera de lo normal, soy Lucy, una adolescente simple y corriente, aburrida del día a día. Acaba de empezar este día que se supone debe ser el más feliz de mi vida, sin embargo, sólo deseo que se acabe. Es un martes, un martes normal. A primera hora Matemáticas, como siempre. Sin ganas, me visto con la misma ropa de ayer, pues me he levantado tarde y no tengo tiempo de ponerme otra. Cojo mi mochila que pesa excesivamente, pero no importa, sólo espero que este día no sea como todos los demás.

-Éstas eran las primeras palabras de un diario.-

Capítulo 1: Monotonía.

Como era de esperar, me he vuelto a equivocar. Oigo como toda la gente se ríe de mí con un tono burlesco, yo intento hacerme la sorda pero está claro que es imposible, el ruido es incluso insoportable. Todos se ríen de mí, no puedo soportarlo. Obviamente, nadie se acuerda de mi día. -Profesor, me marcho al servicio.- Digo.

Y de ésa forma, me fui para no volver. No me importan los estudios, al fin y al cabo puedo recuperar las clases perdidas en poco tiempo. Volví con la cabeza baja y escuchando una triste melodía de Beethoven, lo que empeora las cosas aún más. Nada más llegar a la puerta de mi casa ya me voy corriendo a mi cuarto, encerrándome junto a mi perro Shi.

20 de Enero 2015, 17:33

No sé cuántas horas habré pasado llorando, ni siquiera he comido, y no es la primera vez. Ya se me empiezan a notar las costillas. Mi madre ha llegado a casa, no quiero que me moleste ni me pregunte cómo estoy así que me voy a pasear al perro, así puedo estar sola. Me voy al mismo sitio de siempre, en una esquina recóndita del parque del pueblo, un parque viejo y abandonado donde apenas va la gente. Mientras Shi juega solo correteando yo puedo estar camuflada entre la espesa niebla que hay desde el principio del invierno. Los odio, los odio a todos, los odio por maltratarme. Mamá me ha reemplazado por su nuevo amante. Cómo no, papá no lo sabe, pero tampoco me importa ya que a él también lo odio. Entiendo que mamá lo engañe, no hace más que beber y beber.

...

Ya oscurece, debería volver a casa antes de que sea demasiado tarde, aunque por otro lado no quiero hablar con mi familia. Incluso ellos me llaman rara. Me vuelvo una vez más al cuarto pequeño y oscuro en el que duermo, a lamentarme. ¿Mi único consuelo? Un pequeño ordenador en el que veo fotos de paisajes lejanos. -¿Por qué me tiene que pasar a mí? Si tan solo pudiera volver a empezar... todo... todo cambiaría... No quiero seguir aquí ni un minuto más. No quiero. ¿Pero qué puedo hacer al respecto? Absolutamente nada, llorar y llorar. - Por primera vez en el día las lágrimas no eran de tristeza, sino de impotencia. Y así, me dormí, con el ordenador en mi regazo y fotos de países exóticos.

Capítulo 2: A donde sea

Cuando me he levantado he visto que la casa estaba toda removida. A la familia se la veía más feliz de lo normal. Papá, no tenía la común cara de amargado sino que estaba feliz y alegre, como cuando era pequeña. Mamá estaba muy amable: me ofreció un suculento desayuno completísimo, de esos que no comía hace años. ¿Por qué todos están así? Incluso Shi está radiante. En el rincón, al lado de la mesa, hay unas maletas, ¿qué pasa aquí? -Lucy, hija. Prepárate que nos vamos ya. -Pe... pero, ¿dónde? -Nos mudamos hija, ¿no lo sabías? -¿¡Cómo que nos mudamos!?, ¿así de sopetón me lo dices? -Venga, luego las preguntas, primero arréglate. -Claro. ¿Como puede ser? ¿Se ha hecho realidad mi deseo? ¡Imposible! ¡Los deseos nunca se cumplen! Y menos en mi caso... Cogí mis cosas y las metí como pude en la maleta, no tenía mucho: unos cascos viejos, la correa de Shi, unas piezas de ropa y claro, mi portátil. También cogí los pósters de mi grupo preferido, no podía dejármelos ahí, y justo después, fui escaleras abajo dispuesta a partir de aquel infierno. Poco después mis padres cogieron también sus maletas, nos montamos en el coche y emprendimos el viaje. Nos metimos en una autopista que no conocía, tampoco había señales por la carretera ni indicadores. Era todo tan aburrido que sin darme cuenta me eché una siesta.

21 de enero 2015, 10:21

He mirado al reloj y han pasado cuatro horas, no sé cómo he podido dormir tanto. Mamá me ha dicho que ya queda poco. Quizá sea porque estoy un poco dormida, pero la carretera me parece la misma y aburrida carretera de antes. He sacado el portátil, porque aunque no tenga internet puedo seguir viendo mis queridas fotos y alguna que otra película exótica también. Tengo montones de fotos, sin embargo, nunca he dicho el nombre de ese sitio. Nadie me lo ha preguntado.

...

Cuando he querido darme cuenta ya estábamos en las calles de una ciudad. ¿Habíamos llegado a nuestro destino?

Capítulo 3: nueva vida

Se lo he preguntado a mamá y sí, definitivamente es nuestra ciudad. Nuestro nuevo hogar. Parece una ciudad muy bonita: las calles son coloridas, la gente parece simpática y al fondo hay una playa preciosa de agua transparente y arena dorada. Estoy deseando ir allí, pero primero hay que ver la casa.

21 de Enero 2015, 13:05

Hemos llegado "a casa". No tiene ni punto de comparación con nuestra antigua vivienda. En esta casa hay un salón inmenso con una televisión casi más grande que la pared, dos baños: uno en el piso de arriba y otro en el de abajo. Tres habitaciones de dimensiones considerables, una cocina inmensa y moderna y lo mejor, un jardín para Shi con caseta de perro y todo. Me apresuro en desempaquetar mis cosas, saco la ropa y la pongo en el armario, lo ordeno todo a mi gusto y pongo los pósters en la pared. Ahora sí estoy en casa. Antes de nada, me doy una buena ducha, me pongo mi mejor ropa y me voy a pasear al perro, tengo que causar buena impresión en mi nueva ciudad. Al contrario de lo que estoy acostumbrada, la gente cuando me ve por la calle, gente a la que ni conozco, me saluda amablemente y me da la bienvenida. Esto es genial. Shi parece estar feliz también.

He ido al paseo marítimo, me apetecía ver la playa y por lo visto no era la única, la playa tiene mucha gente con perros también, esto me alegra. Sin embargo, no hay nadie en la playa o en el agua. ¡Faltaría más! En pleno invierno no creo que nadie se atreva a bañarse, pero eso en el fondo es mejor, así puedo ver todo su esplendor.

...

23 de Enero 2015 8:30

Hoy es mi primer día de clase en el nuevo instituto. Esta vez no será igual, esta vez tengo esperanzas. Llego a la primera clase con la cabeza alta, curiosamente parece ser que también toca Matemáticas. Me siento en un lugar vacío. Entonces, ocurre algo increíble: veo cómo todos se levantan y se dirigen hacia mí. ¿Qué habré hecho ahora? es que acaso... - Un sonido interrumpe mis pensamientos. -¡Bienvenida a La Frontera, Lucy!- Vaya, así que esta ciudad se llama La Frontera. No sé por qué pero me suena. -Gracias.- dije. Parece que sí, parece que ahora por fin ha cambiado mi destino.

Capítulo 4: Él

3 de Marzo 2015, 8:00

Hoy ha venido un chico nuevo a clase y se ha sentado a mi lado, el único sitio libre. Se llama Kyle. Es un chico tímido y reservado a primera vista. Es alto y moreno, también bastante guapo. Por lo visto le gustan las Matemáticas tanto como a mí. Y parece que se le dan bastante bien.

3 de Marzo 2015. 14:30

Llevo un rato mirándolo y he visto que le gusta la fotografía, tiene una cámara con la que va haciendo fotos de todo. Me vuelvo a casa, que ya es hora de comer. En el camino de vuelta , me doy cuenta de que hay alguien justo detrás de mí, ¿será un acosador?, ¿un ladrón? Ahora que todo iba tan bien... -Hola. -¿Quién eres? -Tranquila, has sufrido mucho todo este tiempo, ¿verdad? -C... ¿cómo lo sabes? -¿No sabes quien soy? ven conmigo.- Y sin verle la cara lo seguí hasta un rincón de la playa rodeado de rocas. Era un paisaje realmente hermoso. Entonces, me enseñó su cara: Kyle. -¿Kyle?, ¿cómo demonios sabes tanto de mí si hace un día que nos conocemos? -Te equivocas, hace un día que tú me conoces a mí. Pero yo llevo siguiéndote mucho tiempo, desde que vivías en tu antiguo pueblo. -¿Mi antiguo pueblo? ¿Por qué, Kyle? -Porque te quiero, y quería ayudarte. Pero no podía, pensé que rechazarías mi ayuda, parecías tan fría y distante... Fui yo quien dijo a tus padres de venir aquí. -Eres genial. Gracias. Había encontrado un verdadero amigo, alguien que me quería de verdad. Yo también le quería. No sé por qué pero tenía la sensación de conocerlo desde hace muchísimo tiempo. Era una sensación rara. Por primera vez en la vida era feliz, feliz de verdad. -Ahora ya no estarás sola, ya no sufrirás jamás. Porque yo estoy contigo. -S-sí... - Mis lágrimas caían de la alegría-. -Tranquila, ahora ya no tienes razón para llorar. Si esto es la felicidad... quiero que dure eternamente. Perdí el conocimiento de la emoción.

Capítulo 5: Vuelta a la realidad

20 de Enero 2015, 6:40

No sé qué pasó, pero me levanté con un dolor de cabeza horrible, con Shi lamiéndome la cara. Me encontraba en mi viejo cuarto, aún con el portátil en mi regazo, abierto. En él, unas pocas fotos de paisajes exóticos, todos de aquel sitio que nadie me había preguntado. Fotos de "La Frontera". Tenía unos cuantos mensajes en el móvil. Todos de un tal K. -Estaba hablando contigo por msn y de repente no me contestaste más, ¿te ha pasado algo? Y... por cierto, ¿sabes si podrás venir a verme algún día? En ese momento, en mi cara se esbozó una sonrisa irónica, mientras las lágrimas caían por mi rostro y el teléfono resbalaba de mis manos, ya sin fuerzas. Feliz cumpleaños, Lucy, me dije a mí misma. Al fin y al cabo ha sido, por un rato, el día más feliz de mi vida.

-Y este es el fin de el diario que encontré, diario que ya había perdido hace años y que pensé que no volvería a ver. Mi diario.-

End.

Pequeños pasajes de un diario perdido

12 feb 2019

La hoja del tiempo

"¿Hola? ¿Dónde estoy? Vaya... esto está muy alto, y muy borroso...
Parece que no puedo moverme... espero no estar muerto" .

Y allí estaba, incrustada entre una quebradiza rama y un nido de pájaros vacío; una simple hoja un poco deteriorada la cual acababa de despertar de un sueño que ni ella misma recuerda.

La hoja pensaba y pensaba, pero no sabía qué hacía allí, y algo mucho peor; no sabía quién era. De pronto, le vinieron retazos de su pasado, en aquellos retazos vio a un hombre de estatura media, cabello rubio y en punta, vestimentas rojas y unas gafas que lo hacían fácil de reconocer. También recordó su nombre; Lye.

Después de todos los pensamientos que inundaron "la cabeza" de la hoja, unas extrañas (y extravagantes) gafas le aparecieron bien colocadas, suponiendo que aquel extraño hombre llamado Lye era la hoja, pero... ¿¡cómo había llegado allí!?

Unos minutos después, una ligera brisa hizo a la hoja caer del árbol lentamente. Mientras caía, observó que, increíblemente, las demás hojas del árbol, se hacían marrones y caían muy rápidamente, como si fueran de plomo.

La hoja aterrizó suavemente sobre la cabeza de un perro, más concretamente un Shar Pei, y escuchó una voz que decía: "Qué hambre tengo... qué malo es esto de que tu dueño esté durmiendo..." Efectivamente, eran los pensamientos de aquel vago perro. La hoja intentó hablar con él, pero lamentablemente no tenía voz, así que se puso a pensar una manera de comunicarse con aquel perro, y de pronto, el perro dio un fuerte ladrido y volvió a pensar: - ¿Quién está ahí? A lo que la hoja le contestó: - Soy yo, estoy en tu cabeza. El perro volvió a contestar: - ¿Eres mi cabeza? La hoja un poco molesta le dijo: - ¡Soy la hoja que está sobre tu cabeza, bola de pelo!, si quieres, puedes llamarme Lye. El perro totalmente confuso le dijo: - Está bien Lye, no sé exactamente lo que es un nombre pero los humanos suelen decirme Smash. Y bien, ¿cómo es que una hoja puede leer mis pensamientos? - Eso me gustaría saber, lo único que recuerdo de mí es que nunca antes fui una hoja, es más, me recuerdo como un humano, pero cuando me desperté ya estaba así, sin poder hablar ni tan siquiera moverme. - Entonces diría que eres... ¡UN ALMA! Pensó tan fuerte Smash que dudo que no le oyeran quienes pasaran por allí. - Un... ¿alma? Dijo Lye. - Sí, seguramente tu forma humana haya desaparecido y te has refugiado en lo que eres ahora; una hoja ¿Mi forma humana? - Sí, es decir, tu cuerpo, por lo que ahora eres solamente lo que recuerdas de ti. - Cada vez entiendo menos, bueno, ahora háblame un poco de ti, Smash. - Estoy esperando a que mi dueña despierte... parece que alguien le disparó en la cabeza y como le sale mucho líquido rojo por la cabeza no se despierta. Lye pensó no decirle al pobre perro que a su dueña la habían asesinado y le propuso ir a dar una vuelta ya que la hoja no podía moverse por sí sola.

Lye y Smash estuvieron caminando sin mediar palabra alguna, bueno, sin mediar pensamiento alguno por así decirlo. La situación de Smash le hacía dudar mucho a Lye; el pobre perro no sabía que su dueña había muerto, sin embargo, él tiene la fe de que despertará. Cuando llegaron a la carretera, Lye se percató de varias cosas; todas las tiendas habían cambiado, y algunas de ellas desaparecieron, pero lo más desconcertante era que Smash, ese bobo perro que sólo pensaba en comer, dormir y en la reencarnación de almas, ¡había desaparecido!

Lye cada vez entendía menos de lo que pasaba y se dedicó a esperar y pensar sola e ignorada a pie de la carretera a que algo sucediese o alguien la recogiera. De pronto, Lye oyó un gran ruido. Al parecer, un taxi había atropellado a alguien, pero con la gran multitud de personas que había, el humo y los coches, le era imposible para Lye ver quién era el atropellado. La gente parecía muy entristecida por lo que había ocurrido, pero uno de los hombres que había allí que parecía salir de la parte trasera del taxi, no parecía sentir ni la más mínima tristeza, es más, tenía una gran sonrisa de oreja a oreja más reluciente que el brillo del sol.

Ya había pasado más de veinte minutos cuando empezó a hacer viento y la hoja salió volando. Mientras permanecía en el aire, Lye meditó sobre lo que acababa de ocurrir: al caer del árbol, éste perdió todas sus hojas, y al ir hasta la carretera, algunas tiendas y Smash desaparecieron. Todos estos hechos le recordaron a alguien que conocía en su etapa de humano, un profesor que estudiaba las leyes del espacio-tiempo y la muerte.

Cuando dejó de soplar el viento, Lye aterrizó sobre una flor que estaba junto a una casa que parecía una oficina totalmente en ruinas y deteriorada. Algo que asombró a Lye fue que era por la tarde y ya casi se podía ver la puesta de sol. Lye se quedó mirando aquella casa cuando de repente escuchó una voz; "Qué envidia me dan aquellos que pueden moverse..." . Efectivamente, era aquella flor, un lirio blanco que envidiaba a los humanos y a los animales porque podían desplazarse. Lye le dijo: - No te preocupes, yo tampoco puedo moverme. - ¿Quién me habla? - Soy la hoja que está sobre ti, parece que podemos leernos nuestros pensamientos, por cierto, llámame Lye. - ¿Lye? ¿Llámame? Sea lo que sea, ¿quieres algo? En este momento me gustaría estar sola como siempre. - Oh, ya veo... pues sólo quería preguntarte algo antes de que me lleve el viento, ¿qué ocurrió en esta casa? - A esta casa solía venir mucha gente, pero un día salió ardiendo y uno de los que entraban no pudo salir y murió por el incendio. Después de que el lirio le contara la historia de aquella casa a la que iba mucha gente, el viento volvió a soplar sin darles tiempo a poder despedirse.

Esta vez volvió a ser de día y Lye acabó en un parque infantil. Había muchos niños jugando pero uno de ellos estaba sentado solo leyendo un libro de ciencias. El niño se acercó lentamente a Lye y se quedó mirándolo. Lye sintió algo muy profundo al ver a ese chico y volvió a recordar algo que dijo aquel profesor: "Las leyes del espacio-tiempo no se aplican a los muertos, pero éstos, al ser lo que son, al no existir, no pueden explicarnos lo que sienten". A todo esto Lye pensó; - Eso significa que... El chico interrumpió los pensamientos de Lye y la cogió porque le llamaba la atención una hoja con gafas. El chico dijo: - Que hoja más extraña. Lye le contestó: - Eh, de rara nada. El chico se quedó pálido por lo que acababa de oír e intentó contestar en voz alta: - Aunque seas rara tus gafas son muy bonitas y extravagantes. Lye le dijo: - Yo también pienso que son geniales mis gafas, pero como soy una hoja, creo que lo mejor será que te las quedes tú. El chico no entendía por qué estaba hablando con una hoja pero aceptó el regalo de Lye y se puso sus gafas. Lye le dijo: - No hace falta que hables, con pensar basta, chico. Por cierto, ¿podrías hacerme un favor? A partir de este momento, el chico empezó a pensar; - ¿De qué se trata? - Me gustaría que me llevases a un árbol que hay a unas pocas manzanas de aquí. El chico agarró fuertemente la hoja y se dirigió al árbol.

En el camino, ninguno de los dos mediaron apenas palabra alguna. Cuando estaban llegando al árbol, Lye se fijó en algo totalmente asombroso e increíble: el chico empezó a crecer hasta ser igual que aquel tipo de rojo que pensó Lye, es decir, él mismo, por lo que aquel chico del parque... ¡era él mismo cuando era pequeño! Tal y como explicó el profesor de los recuerdos de Lye; "Cuando se está muerto, no existe ni el espacio ni el tiempo, por lo que se distorsiona la realidad."

Lye intentó comunicarse con el Lye humano pero éste no le hacía caso. Al segundo de llegar al árbol, apareció aquel tipo que se alegraba del accidente y le dijo: -Ha llegado tu hora Lye, eres el último que queda y no permitiré que escapes, un sicario de tanto calibre como yo no puede desaprovechar esta oportunidad. - Adelante, mátame, disparaste a mi madre, incendiaste la oficina de mi padre e incluso hiciste que atropellaran a mi mejor amigo, Smash, pero esta vez no te librarás de la cárcel, con tanta gente en la calle será imposible que no te detengan. El sicario, llamado Lacheln, disparó a Lye, quien se desplomó en el suelo sin soltar la hoja, que justo en ese momento, también perdió el conocimiento. Lacheln provocó el pánico entre los que habían allí, pero fue detenido rápidamente por dos guardias que andaban por aquella zona. Después de todo este revuelvo, cuando ya se habían llevado el cuerpo de Lye, una golondrina cogió la hoja y la incrustó entre su nido y una rama.

Segundos después, un alma despertó en la hoja y dijo:

"¿Hola? ¿Dónde estoy? Vaya... esto está muy alto, y muy borroso...
Parece que no puedo moverme... espero no estar muerto".


2008

5 feb 2019

Muerte impaciente

Un día cualquiera, un afilador caminaba por un pueblo casi inhabitado que jamás había pisado antes cuando una vecina del último bloque de la calle más larga y vacía del pueblo lo llamó gritando para que se enterase. Aquella señora se llamaba María, la cual le dio tres cuchillos de mango negro con las iniciales “J.A.” grabadas en ellos para que los afilara. Cuando finalizó, ésta le dijo que se dirigía a su casa para buscar el dinero, diez euros para ser exactos.

La mujer volvió y le dijo que no tenía su dinero porque se lo había llevado todo su esposo Juan Antonio. El afilador se negó a volver en otro momento y decidió esperar a que su esposo volviese. Ella aceptó tal decisión y asintió tristemente con su cabeza. Mientras lo esperaban, el afilador le contó a María que ya le había ocurrido algo parecido antes con otras vecinas.

Ya eran las dos de la madrugada y Juan Antonio no volvía, y como no podía esperar más le pidió que lo llevara hasta él. Acto seguido, María lo acuchilló con los tres cuchillos que anteriormente había afilado y le dijo que en la muerte a su esposo encontraría. María salió corriendo y llorando hacia su casa.

2005