Refrescante, lúcido, sorprendente, apañado, caracolizante, reflexivo, apasionado, contemplativo, pausado, frenético, colifloresco... mi mundo y yo.

Zúhmántico: Se dice de aquella persona, ser o cosa enamorada de la vida, capaz de transformar momentos y situaciones vividas en simples y exiguas palabras y con la habilidad de ver el doble sentido de toda frase, comúnmente conocidos como romanticones.

Actualmente trabajando en esto: Zúh Malheur Bonheur.

Un ser bípedo, gracioso, crítico, osado, amoroso cuando se deja, con un montón de cosas por decir y con un contenido sentido de la austeridad verbal.


24 oct 2012

¿Hacia dónde viajar?

Si bien sé, que cuando dejas de regar una flor, se marchita, que durante todos estos años, he conseguido hacer crecer un jardín, pequeño, sí, pero hermoso. No todo es eterno, no, hay veces que sientes esa necesidad de dejar el riego automático para conservar las flores que has obtenido a lo largo de tu vida durante tu ausencia, quizá corta, quizá larga o eterna.

Unos nacen turistas, otros nacen viajeros, tal vez ese sea mi caso. Bien recuerdo los viajes que ya he hecho, a tierras blancas y escarpadas, a dunas arenosas y lisas, a costas con orquestas de gaviotas marinas y a pacíficos y verdes montes allí en la lejanía. Pero uno ya sabe, que lo más importante de una boda, son el novio y la novia, en este caso, lo más importante en tu aventura viajera, siempre será la compañía.

¿Opciones? Miles. Si bien está mi amada Buenos Aires ciudad viva de noche y de día, los atardeceres costeros y por qué no, fríos del pueblo británico de Westgate-on-Sea, todas esas amistades (y quizá alguna algo más que eso) portuguesas y brasileñas, tantas que me hacen sentir como si ya hubiera estado en alguno de estos países, y... ¿por qué no? Lisboa y Recife son dos buenas opciones. No podemos olvidar ese deseo de hacernos amigos de un koala, efectivamente, Australia, esa tierra que consideramos "para ir y no volver". Belgrado, o la Ciudad Blanca, ciudad hermosa e iluminada de Serbia, muy pocos se plantean este sitio como una opción turística, quizá de ahí mi interés. ¡Oh! La bella Florencia, pasear de la mano por la ciudad del amor, París, gastarte el sueldo de tu vida comprando y comprando en las tiendas de Shibuya, rememorar tiempos en Granada, posar místicamente con el pelo al aire gracias a la brisa colorida de Praga, ver cómo eres el único que no pillas un pedo en Ámsterdam, ir de compras en barca por Venecia y reírnos de los que pasan calor mientras estornudamos chuzos en Canadá.

No tendría espacio aquí para seguir dando opciones y sueños, pero sin duda, el mejor viaje que podría y quiero realizar, es el que se llama contigo.

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