Refrescante, lúcido, sorprendente, apañado, caracolizante, reflexivo, apasionado, contemplativo, pausado, frenético, colifloresco... mi mundo y yo.

Zúhmántico: Se dice de aquella persona, ser o cosa enamorada de la vida, capaz de transformar momentos y situaciones vividas en simples y exiguas palabras y con la habilidad de ver el doble sentido de toda frase, comúnmente conocidos como romanticones.

Actualmente trabajando en esto: Zúh Malheur Bonheur.

Un ser bípedo, gracioso, crítico, osado, amoroso cuando se deja, con un montón de cosas por decir y con un contenido sentido de la austeridad verbal.


26 sept 2014

Cómo cultivar y hacer florecer un esplendido Malheur

Es muy sencillo, sólo hay que seguir los siguientes pasos, o en el caso de no reunir todos los requisitos, con sólo cumplir uno ya bastará para hacer brotar la semilla.

- Aburrimiento: No suelo ser una persona que se aburra con facilidad, me gusta mantener el cuerpo y la mente ocupados, incluso cuando no hago nada es porque quiero estar tranquilo y no porque no sepa qué hacer. Así que si alguien me aburre es porque está alcanzando un nivel de monotonía tóxica insuperable del cual no estoy dispuesto a envenenarme.

- Falta de sexo: Quien diga lo contrario es que ha visto demasiadas películas, pero el sexo es una parte fundamental, imprescindible y necesaria da la vida. No me afecta el no tener sexo, sino el tenerlo cerca y no poder tocarlo. O en susodicho caso, la tensión sexual no resuelta.

- Mal ambiente: Hay ambientes y ambientes, y sé perfectamente en cuales me gusta estar y en cuales no, así que cada cosa en su lugar. El número máximo de veces al que puedo soportar ir a un sitio en el que no quiero estar es una. No recomiendo intentarlo una segunda vez.

- Silencio: Involucrarme en un grupo de gente en el cual sea obligatorio conversar y mantener la boca abierta porque la situación lo requiera pero el tema de conversación no tenga absolutamente nada que ver conmigo, ni lo intentéis. Sólo sé a ciencia cierta que estoy a gusto en un sitio cuando el silencio no se vuelve incómodo.

- Temperatura alta: Si sube de los 26 o 28 grados, me siento pegajoso o hace levante, no te recomiendo pasar muchas horas a mi lado. Y si alguien me hace enfurecer en un día caluroso o me da un calor el cual ni he pedido o no requiero, ni respondo ni pido perdón. Reivindico los carteles de advertencia metafóricos para las mentes cortas.

- Órdenes sin fundamento: No voy a obedecer a nadie para satisfacer sus propias y exclusivas necesidades o para alimentar su preciado ego. Las jerarquías mal construidas acaban siempre destruidas por los pilares más bajos.

- Allanamiento personal: Mis pertenencias son mis pertenencias, y mis personas son mis personas. No creo que haga falta un cartel para que se sepa que no se debe tocar, perder, desordenar, estropear ni hacer daño absolutamente a nada que se encuentre dentro de mi espacio.

Y ya está, no olvidéis podar las ramas que crezcan demasiado ni quitar las malas hierbas.

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